miércoles, 4 de enero de 2012

Trainspotting

Es un libro brutal, Danny Boyle no lo hizo mal en la película, ha sabido llevar a grandes rasgos la personalidad de Rents, el hijoputismo de Sick Boy, la inocencia de Spud y la violencia de Begbie; ha recortado momentos y ha fusionado otros de forma que el mensaje del libro llega bastante claro al espectador; pero claro, una película no es un libro, el libro está plagado de momentos geniales, tiene una narración mucho más libre y además tiene más personajes (como Davie Mitchell, que protagoniza un capítulo brutal).
Yo acabo de leer el libro y todavía estoy con la boca abierta... Trainspotting es el reflejo de la vida del nuevo proletariado urbano y de la Generación X, una generación que, bajo diferentes nombres a lo largo de estas décadas, vemos que algo falla en la vida que nos obligan a llevar, en el materialismo vacío y en el estilo de vida productivo. Rechazamos ese mundo y nos encontramos con un vacío, que probablemente todos resolvamos dándonos la vuelta y asumiendo que tenemos que ser otro ladrillo en el muro. 
Ese vacío y esas pocas esperanzas en el futuro, en el camino trazado (por personas más viejas pero no más felices, por cierto), nos hacen buscar caminos alternativos,caminos que en la mayoría de los casos los otros ladrillos del muro mirarán con malos ojos, seguramente pensando que algo no nos funciona bien (es curioso que nosotros pensemos eso mismo de ellos).
Por último debo puntualizar que, si bien parece una cosa actual, la busqueda de caminos alternativos es algo muy antiguo en el tiempo, no hay más que preguntar a nuestras abuelitas o bisabuelitas o tatarabuelitas o etc. dónde pasaban el tiempo sus maridos proletarios después del trabajo (respuesta: en el chigre), siendo otro camino alternativo el enfrascarse en el cuidado de los niños o en los cotilleos del barrio (ahora sumándole Telecinco). (Ruego, no se me juzgue como machista por estos últimos casos, es simplemente una enumeración de casos que conozco de primera mano y que a mis ojos no son más que búsquedas frustradas de la felicidad; aclaro que aplaudo a todas esas abuelas y demás ascendientes que perdían el culo por nosotros mientras los maridos se machacaban el hígado)

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